Como y Cuando Llega La Salvación Del Alma A Un Penitente

El formato de los servicios en nuestras iglesias poco han cambiado; ha sido el mismo a través de los años, desde el tiempo cuando di mi vida a Dios, hasta el presente, ha seguido siempre igual. Esto no es un critica negativa, ni positiva tampoco los es. Sea usted el juez.

Cosas Que A Señalarse, Y Creo Que Merecen Nuestra Consideración

He visto casos en la que un penitente se postra a orar, buscando perdón de Dios o reconciliación; y a ambos lados del penitente, personas (obreros del altar, los llaman), hincados, todos al mismo tiempo dando instrucciones al penitente. Muchas veces, me he preguntado, si  pueden oír o entender lo que todos, a la misma vez gritan al oido del que está buscando de Dios. 

Obreros Del Altar Los Llaman

En una ocasión un joven que convencido, se hincó a orar al concluir el mensaje. Como ha sido nuestra costumbre, cuatro personas, dos a ambos lados, les daban instrucciones de como orar. Yo estaba de pies en la plataforma, mientras oraban con el. De repente el joven, en medio de todas las instrucciones, paró de orar, se puso de pie; y para mi sorpresa, en vez de irse, se sentó en el banco de delante. Se pasó la mano en la cara. Me parecía que estaba molesto, fui y me senté a su lado. Habían otros penitentes quienes oraban, pero sentí hablar con este joven. 

Lo Que Para Ese Joven Era Molestia

Fui y me senté a su lado, y antes de yo abrir mi boca, esto fue lo que me dijo: “me confundí, no sabia a quien seguir”. Esto era en referencia a que todos les daban instrucciones al mismo tiempo. Ahi sentados le expliqué, lo que dice la biblia, que si el confesara con su boca y creyera en su corazón que Cristo es Dios. Abrí mi biblia y leímos juntos Romanos 10.9. Ahora entiendo, me dijo.

Sigamos Lo Ya Establecido En La Palabra De Dios, La Biblia.

A la hora sexta de este día, cansado del camino, llega Jesús al poso que Jacob había legado a su hijo José. Sus discípulos van a la ciudad a comprar algo de comer. Mientras esperaba el retorno de los discípulos, llaga una mujer a sacar agua del poso. Me supongo que ella miró a Jesús sin dirigirle palabra alguna. Fue Jesús quien inició la conversación. Dijo: “Dame de beber”. No se si ella se enojó o si estaba sorprendida, pero esto fue lo que contestó: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?” Esta pregunta nació por el hecho de que los judíos y los samaritanos no tenían asuntos entre ellos. Después de una detalla aclaratoria conversación entre ellos, salió a luz la verdadera sed del alma de esa mujer. Ella vivía en expectativas concernientes a la llegada del que habría de ser el Salvador. En el curso de esa conversación, cambio llegó a la vida de esa mujer.

Como Jesús Y La Samaritana, Así También Felipe Y El Etíope Eunuco.

Dios Espíritu Santo a través de un angel dijo a Felipe, “Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” En obediencia, Felipe sigue estas instrucciones. Se encuentra con un Etíope, que regresaba ha su tierra, después de haber ido a adorar a Jerusalem. Dios Espíritu Santo ordena a Felipe a acercarse al carro del eunuco. Felipe le explicó acerca de la escritura que el eunuco estaba leyendo. Comenzando de esta escritura le explicó todo. Aparentemente, Felipe incluyó acerca del bautizo en aguas; porque, mientras seguían su trayectoria llegaron a ciertas aguas. Fue el Etíope quien dijo: “He aquí hay agua, Que impide que yo sea bautizado?”

En ambos incidentes, no encontraras ni a Jesús ni a Felipe gritando instrucciones al oí de sus escuchas. No hubo necesidad des eso. Lo que si debes esto es un asunto de fe. La samaritana pregunto, “No será este el Cristo?” Ya convencido, el Etíope preguntó “aquí hay agua, Que impide que yo sea bautizado?”

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